CANÓNIGO Y MAESTRESCUELA
El hecho es cierto: Bruno fue canónigo de San Cuniberto.
Ahora se nos presenta un problema. Entre el fin de sus estudios personales y su nombramiento para el cargo de maestrescuela, es decir, de gran canciller de las escuelas de Reims, hacia 1056, ¿qué hizo Bruno? ¿cómo fue su vida? ¿en qué se ocupó? La respuesta se impone. En Reims, menos que en ninguna otra parte, se puede pensar que confiaran el cargo tan pesado de «summus didascalus», de responsable supremo de todos los estudios, a ningún profesor que no hubiera dado pruebas de su capacidad. Si Bruno estuvo en París o en Colonia, sería por breve tiempo.
Bruno también fue elevado, incluso antes de ser nombrado maestrescuela, o al menos casi al mismo tiempo, a otra dignidad: canónigo de la catedral de Reims. No era pequeña distinción pertenecer a este ilustre cabildo. «Bruno, Ecclesiae Remensis quae nulli inter Gallicanas secunda est, canonicus...». La Iglesia de Reims no cedía entonces en dignidad a ninguna Iglesia de Francia, dice la Crónica Magister...
Por lo que conocemos del Cabildo de Reims en esta época, la vida de Bruno como canónigo se desarrollaba así: vivía fuera del claustro de la catedral, en una casa que le pertenecía en propiedad; gozaba de rentas que le permitían llevar una vida confortable y acomodada: tenía criados y podía invitar a la mesa a sus amigos, ya que la costumbre no imponía a los canónigos la obligación de tomar todas sus comidas en común. Su principal deber era participar regularmente en el oficio canónico de la catedral.
¿Trató con los monjes de las abadías vecinas? Saint Thierry estaba a pocos kilómetros de la ciudad y San Remigio a cuatro pasos de los muros. En todo caso, las conoció ciertamente, y a medida que maduraba su proyecto de vida monástica, se debió informar sobre sus observancias. Cuando partió de Reims para Séche-Fontaine, dos sentimientos le dominaban: una gran estima y amistad hacia los monjes negros de San Benito, y la convicción de que no le llamaba el Señor a ese género de vida.
Es evidente que cada miembro del Cabildo, fuera de las Horas canónicas, podía ordenar su vida a su gusto. Pero si Bruno hubiera pretendido entonces entregarse a largas horas de contemplación, transformando su casa en un claustro solitario, no hubiera podido cumplir con las tareas que le había confiado el arzobispo. Porque en 1056 era maestrescuela, es decir, director general de los estudios en Reims.
Sería interesante para nosotros conocer la fecha exacta en que Hérimann, maestrescuela de Reims, obtuvo la dimisión de su cargo, ya que Bruno le sucedió inmediatamente. Al parecer, esta dimisión tuvo lugar poco después de la elevación de Gervasio de Cháteau-du-Loir a la sede de Reims en octubre de 1055. Sin gran peligro de error podemos situarla a fines de 1055 o principios de 1056. La promoción de Bruno a la dignidad de maestrescuela ocurriría, por consiguiente, durante el año 1056.
La elección era honrosísima para Bruno. El hecho de que se le designase tan joven para ocupar un puesto tan delicado, significaba que Hérimann había descubierto en él, no sólo excepcionales dotes para la enseñanza, sino también cualidades de trato e, incluso, de gobierno. Porque Bruno sólo tenía 26 ó 28 años. Y Hérimann no se hubiera decidido tan resueltamente por un hombre de esta edad, si no hubiera estado seguro de que al proponer su nombramiento al arzobispo Gervasio, contaba con la aprobación implícita del conjunto de profesores y alumnos de las escuelas.
(continuará...)